Pacora Historia y Oralidad

10.01.2014 15:15

Introducción

 

El presente folleto fue preparado para los estudiantes de la carrera de Turismo Histórico Cultural que se dicta en el Centro Regional Universitario de San Miguelito. Comprende una visión local del desarrollo socioeconómico y cultural de una comunidad aledaña a la zona de tránsito. Los contenidos están presentados en forma de investigación oral y son el resultado de un trabajo de campo realizada por el autor durante tres meses en el área estudiada.

Recoge el pasado, su evolución étnica y las transformaciones, que paulatinamente fue sufriendo la comunidad de Pacora, enclavada en el área este de la Provincia de Panamá

Consideramos que los apuntes son apropiados para revisar la asignatura Historia de Panamá durante las épocas prehispánica, colonial, colombiana y republicana.

Paul Thompson plantea que la fuente oral no es nada fácil, entre otros motivos porque su utilización supone un enorme trabajo previo para reunir otras fuentes escritas. Recomienda que antes de crear una fuente oral, debemos recorrer necesariamente un camino similar al del historiador clásico, es decir buscar y analizar la fuente escrita, para solo entonces, crear y analizar las fuentes orales.

Estos postulados insinuados por Thompson quien, dicho sea de paso, es punto de referencia para hacer historia oral, han servido para nuestro proyecto de investigación que hoy presentamos.

Desde el momento que en que se presentó a la clase la temática de la historia de las comunidades, pensé que, en Panamá tenemos una tarea importante que realizar; una enorme cantidad de historias vírgenes, que por tanto tiempo hemos dejado de abordar. Un cúmulo de fuentes primarias, de historia vividas y de memorias colectivas populares se nos han ido perdiendo en cada informante de nuestros pueblos que desaparece.

Desde la década de 1970, he estado ligado a la comunidad de Pacora por razones de índole personal. Siempre he encontrado interesantes "las tallas" y anécdotas que los más viejos de la comunidad cuentan sobre sus vidas cotidianas, en las épocas en que "todo andaba bien". Casi todos creen aquello de que, "los tiempos pasados fueron mejores".

Esas narraciones llenas de subjetividad, aveces, pero también experiencias ricas sobre la forma que se vivía, en que se trabajaba, en que se divertían, en que se enamoraban, en que se producía, en general, la forma de vida cotidiana de hombres y mujeres de nuestros pueblos, a quienes los historiadores clásicos, poco les interesa porque no tiene nombres famosos o porque sus realizaciones son tan sencillas que no han afectado el conjunto de la vida política o económica del país.

Nos esforzamos por recopilar la mayor cantidad de información escrita, la cual está diseminada por diversas fuentes y que aún nadie había organizado en un solo lugar. Como ocurre en la mayoría de nuestros pueblos, la información escrita requiere de una sistematización para que pueda ser utilizada por quienes son herederos de aquellas generaciones. En este caso, la historia debe servir de elemento aglutinante para lograr identidad entre nuestros pueblos.

En definitiva, nos propusimos como objetivos, entender la vida cotidiana del hombre y la mujer de Pacora, en función de la satisfacción de sus necesidades económicas básicas. Además revisamos el desarrollo de las actividades comunes de los pueblos del este de la capital, en relación con actividades ocasionales como el surgimiento de las haciendas suburbanas de propietarios ricos de la capital, el fenómeno de las bases militares como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y la construcción de algunas obras importantes como el Aeropuerto de Tocúmen y su carretera.

Toda estas vivencias de la gente común de Pacora, la hacemos acompañar de algunas

investigaciones que, sobre el origen de los pueblos de la región aparecen en documentos y libros publicados por autores nacionales y extranjeros.

Las publicaciones de Carlos Manuel Gasteazoro, Reina Torres de Araúz, Alfredo Castillero Calvo, Alfredo Figueroa Navarro, Omar Jaén Suárez, María del Carmen Mena García, José Eulogio Torres Abrego, Celestino Andrés Araúz y otros, nos sirvieron de sustento a nuestro trabajo. Todas estas referencias bibliográficas están complementadas y reforzadas con interesantes narraciones de informantes pacoreños, que con muchointerés estuvieron anuentes a hacer memoria de las experiencias vividas en el momento en que les toco actuar y ser parte de su historia personal y la de su pueblo.

Realizamos un recorrido por los Siglos XVI, XVII, XVIII, XIX y XX; en todos encontramos referencias sobre Pacora. Desde su existencia como cacicazgo aborigen hasta su fundación formal como producto de la pacificación de los cimarrones. Desde la creación de las haciendas suburbanas de la oligarquía citadina, hasta el establecimiento de bases militares durante la Segunda Guerra. Toda esa larga trayectoria de vida y lucha, girando alrededor de un elemento aglutinante y fundamental para su desarrollo: el Río Pacora.

Todo esto lo analizamos con el propósito de comprobar que por su escasa distancia de la ciudad capital, esta comunidad ha sido, históricamente dependiente de la economía metropolitana. En su desarrollo histórico, aunque han sido los pacoreños sus propios protagonistas, la economía de esta región siempre ha estado ligada y ha sido dependiente de los vaivenes de la economía capitalina. Esta es nuestra hipótesis: no sé si hemos logrado comprobarla, pero de todas maneras, pienso que ha sido satisfactorio hacer el intento. Además, creo haber hecho algún aporte al conocimiento de la historia de nuestros pueblos. Pretendemos que, en alguna medida, esta información contribuya a que las nuevas generaciones sientan orgullo de sus antepasados; esto solo de logra con el conocimiento de sus historias personales y colectivas.

CAPÍTULO PRIMERO

Pacora Prehispánica y Colonial. Los Cacicazgos. Encuentro con el Conquistador. El Cimarronaje

 

Casi todos los investigadores coinciden en que la existencia del hombre en el Istmo de Panamá data de unos 11.000, aproximadamente. Richard Cook, antropólogo norteamericano quien ha realizado quizás, los estudios más completos sobre la prehistoria istmeña sostiene que: "Las primeras evidencias de la presencia de grupos humanos en Panamá se remontan aproximadamente 11.000 años. En dos localidades, Lago Alajuela (Colón) y Sarigua (Herrera), se encontraron herramientas de piedra de esta época...".1

Según los mismos estudios, el calendario de ocupación de los amerindios en el Istmo, debió darse así:

Entre 10.000 y 5,000 a.c. los amerindios son obligados a adaptarse a la flora y fauna existentes. Es un nómada que subsisten en base a la cacería de animales medianos y chicos y a la recolección de productos vegetales y, ocasionalmente de la pesca.

Para 5.000 a.c en la vertiente del Pacífico de la región central de Panamá existía un tipo de agricultura, probablemente maíz, que había bajado lentamente de México.

En el 3.000 a.c la agricultura fue introducida por los pobladores en la parte central de la región del Caribe Istmeño.

Para el año 1.000 a.c. aumenta la población y se construyen aldeas permanentes, intensificándose la deforestación debido a la lucha por el territorio agrícola. Según Olga Linares, en esta etapa aparece definitivamente la domesticación del maíz convirtiéndose en su principal cultivo lo que propicia la sedentarización y dando inicio, a la vez, a la formación de los grandes cacicazgos.

Al inicio de la era cristiana (año 1 d.c.) aumentan las comunidades agrícolas y se cultivan grandes huertas e maíz, frijoles, zapallos, y tubérculos.2 Se sostenían mediante una agricultura diversificada e intensiva de roza y quema. Se ahumaban grandes cantidades de carnes de venado de cola blanca para consumo posterior.

Además de los tres alimentos básicos de los pueblos prehispánicos que eran el maíz, la yuca y el camote, en el Istmo se sembraban una gran variedad de legumbres, frutas, condimentos y hojas comestibles. Cultivaban zapallos (llamados por los conquistadores "melones indios") y papayas (que los conquistadores confundieron con higos) que fueron encontradas muy abundantes en la costa atlántica por Oviedo. Los mameyes parecen que eran los árboles frutales de mayor distribución en Panamá siendo abundantes en las islas, llanos y estribaciones de la vertiente del Pacífico de Coclé y Panamá.

Se hacían bebidas fermentadas con mameyes, piñas y palmas. Cerca del curso del Río Chucunaque, los indígenas precolombinos preparaban vino con corozo de palma o del pixvae o del corozo pacora. Parece que desde esos tiempos ellos sembraban gran cantidad de arboles y arbustos frutales en huertos o jardines cercanos a las viviendas.

En conclusión, existía durante el periodo previo a la llegada de los españoles, una intensa actividad agrícola entre los aborígenes istmeños. Por ello requerían de abundante espacio para asegurar la subsistencia de una gran población. Aunque no existen cifras precisas, se estima que podían existir en el Istmo antes del contacto con los europeos, algo más de medio millón de habitantes. Como consecuencia de la lucha por la conservación de los territorios para los cultivos, había rivalidad entre los grupos tribales, dándole a la vida del indígena una clara tendencia a la belicosidad y a la disputa de los territorios.

Por todo el este de la Provincia de Panamá hasta Chame, se extendía y dominaban los grupos de lengua Cueva-Coiba, pero también se sucedían diversos dialectos como los usados en Escoria y Natá. Oviedo, en su Sumario Natural de las Indias anotó así: "Pero en una gran provincia de Castilla de Oro, que se llama Cueva, hablan y tienen mejor lengua mucho que en otras partes y en aquella es donde los cristianos están más enseñoreados; y a toda la dicha lengua Cueva, o la mayor parte la tiene sojuzgada.... Estos indios tiene sus asientos, algunos cerca del mar o otros cerca del río o quebradas de agua, donde haya arroyos y pesquerías, porque comúnmente su principal mantenimiento es el pescado... La forma de cómo pescan es con redes.."

Los Cacicazgos:

Los cacicazgos eran organizaciones políticas claramente establecidos y las lenguas servían para determinar la identidad de cada grupo. Los investigadores consideran que para la llegada de los españoles, existían unos sesenta cacicazgos en el Istmo de Panamá y una gran diversidad de lenguas, que fue necesario que los conquistadores utilizaran intérpretes para entender a los diversos grupos de indígenas.

Jefes poderosos como Natá, Escoria y París tenían constantes guerras. París, parecía el más poderosos y se perfilaba como el conquistador de Azuero y Coclé. La guerra era la actividad propia de los grandes caciques que trataban así de aumentar sus dominios y también ascender en la escala social.

Mención especial merecen las "espavé" o señoras que eran las mujeres de los caciques y los principales. Eran mujeres refinadas y destacadas socialmente. Su apariencia externa llevaba ciertos rasgos diferenciales de la mujer común. Los hijos de las "espavé " eran los que heredaban el señorío o la casa. Su opinión tenia validez e importancia en los consejos y reuniones. Su actuación social era relevante y tenían opiniones políticas.

Gonzalo Fernández de Oviedo, curioso observador, defensor de la conquista española y acucioso informador de la vida de los aborígenes, publicó en Toledo el Sumario de la Natural Historia de las Indias en 1526, dejándonos interesantes relatos sobre la región de Panamá y sobre las costumbres. Oviedo, llama Cuevas a los habitantes de estas zonas y comenta sus costumbres así:

" En Panamá e Natá e Pacora, e otras provincias de la lengua de Cueva, en la costa del mar del sur e por allí cerca se acostumbra, en muriéndose el cacique (o señor principal). Todos los familiares e domésticos, criados e mujeres de su casa, que continuamente le servían se matan. Porque tiene por opinión... que el que se mata cuando el cacique muere que va con él al cielo, e allá le sirve de darle de comer y beber, y está allá arriba para siempre...".3

Por su parte, en su conocida Crónica General del Perú, Pedro Cieza de León, en el año 1535, realiza una descripción de la región sureste de la ciudad de Panamá en la que podemos observar algunas de las características geográficas del área donde está enclavada la población de Pacora, muchas de las cuales aún se conservan. Cieza de León anota: "Cerca de esta ciudad de Panamá corre un río que nace en las sierras... donde en algunos de ellos tienen los españoles sus estancias y granjerías, y han plantado muchas cosas de España, como son naranjas, cidras, higueras, sin esto hay otras frutas de la tierra que son piñas olorosas y plátanos muchos y buenos, guayabas, caimitos, aguacates, y otras frutas de las que suelen haber en la misma tierra... En el término de esta ciudad hay poca gente de los naturales, porque todos se han consumido por los malos tratamientos que recibieron de los españoles y con enfermedades que tuvieron.

Durante una de nuestras visitas a la comunidad de Pacora, el señor Adolfo Puerta, de unos 40 años, me enseñó una vasija hecha de piedra que encontró en un lugar denominado Sacramento, cercano a la desembocadura del Río Pacora. Según Puerta, en ese lugar y también en otro, llamado Betegrama se pueden encontrar gran cantidad de vasijas y utensilios que usaban los aborígenes. Cuando se realizaron los trabajos de preparación de tierras para los Ingenios, en la década de 1970, muchos yacimientos arqueológicos quedaron al descubierto y numerosas vasijas y utensilios fueron apropiados por personas particulares que allí laboraban.-. Le prometí que en los meses de enero o febrero visitaríamos el lugar. Me ofreció acompañarme y guiarme. La versión de Puerta fue reiterada por Eulogio Barraza, un pacoreño de unos 48 años quien trabajó en las oficinas administrativas del Ingenio, y dice haber visto cajetas llenas de piezas zoomorfas y antropomorfas sacadas por trabajadores del lugar.

Richard Cook dice que para los años entre 5.000 y 2.500, el instrumento de piedra más utilizado era un pequeño "canto rodado" que puede ser sostenido en la mano, el cual se empleaba para machacar o triturar sustancias de origen vegetal. La vasija que me fue mostrada por Puerta, parece tener esas características, pero debe ser comprobado posteriormente por algún especialista.

En otra interesante crónica de Indias, el funcionario de la Corona española en Panamá, el oidor Alonso Criado de Castilla en su Sumaria Descripción del Reyno de Tierra Firme, en 1575 presenta magníficos detalles de la región cercana (Este) de la ciudad de Panamá así: ...Hay asimismo otro pueblo de indios a seis leguas de Panamá, que se llama Chepo; tendrá ciento y treinta vecinos indios con su cacique y siete y ocho españoles; también son aquellos indios libres como los ya dichos; cada pueblo tiene su iglesia y clérigo que los doctrinan...La gente de trabajo y servicio son negros todos, porque de la gente blanca ninguno hay que sirva, ni se de al trabajo a cuya causa es grande la suma de negros que en este reino están.........4.

Llegada del Conquistador:

Lo cierto es que cuando se produce la llegada de los primeros españoles al Istmo, los pueblos indígenas estaban organizados en cacicazgos, con una abundante población y unas bien estructuras formas de economía que les permitían una vida sana, feliz y decorosa. La llegada del conquistador produce un impacto desgarrador de las culturas aborígenes en el Istmo. Aunque no existen documentos con datos exactos de la destrucción causada en la población indígena por el impacto conquistador, lo cierto es que todo hace suponer que hubo un considerable exterminio.

Existen estimaciones diversas sobre el asunto. Richard Cook cita un testimonio de un dominico que envía una carta a España en 1515 donde dice que "toda la mayor parte de la gente que había en la tierra que hay desde el Darién hasta Nombre de Dios...es muerta y destruida a causa y culpa de Pedrarias por no haber pacificado en otra forma, lo cual todo al presente está casi yermo y despoblado desde Darién a Panamá".

Las Cabalgadas, primero y luego la Encomienda, fueron las dos instituciones coloniales que produjeron el exterminio y la esclavitud del indio. Las Cabalgadas eran incursiones conquistadoras que recorrían los campos poblados de aborígenes destruyendo, saqueando, contagiando y exterminando; fue practicada en los años de 1509 a 1522. Es reemplazada por la Encomienda que es una forma de dominación sedentaria con la cual se nutría a los encomenderos de mano de obra esclava para la explotación de los recursos americanos, sin embargo fueron las cabalgadas las principales responsables de la desaparición de la población.

Cuando entra a funcionar la Encomienda en Panamá, ya son pocos los indios que quedan por repartir. La Encomienda constituye la raíz de la división clasista de la nueva sociedad panameña del siglo XVI.

La historiadora María del Carmen García Mena, en su obra La sociedad de Panamá en el Siglo XVI, sostiene que quien inició la encomienda en Panamá fue el mismo Pedrarias Dávila luego de la fundación de la ciudad de Panamá. El 5 de noviembre de 1519 se produce el llamado "repartimiento viejo" en el cual Pedrarias reparte a sus capitanes y amigos 27 cacicazgos, a saber: Otoque, Utibé, Pocorosa, Cuquera, Pacora,Tubanamá, Chepo, Pasaga, Petri, Coao, Tonomí, Mahé, Chema, Aroca, Chagre, Petra, Perqueté, Totonaga, Chame, Penonomé, Paruraca, Yey, Taboga, y Chochama. Los territorios de los caciques de Islas de las Perlas, Tutibre y Toara fueron reservados para la corona. El número de indios repartidos era pequeño, solo algunos pasaba de 100. La mayoría contaba con 40 o 60. El cacicazgo de Pacora le correspondió a Gaspar de Espinosa.

Parece que el cacicazgo de Pacora contaba con más de 100 indios porque según los documentos revisados por la historiadora Mena García, a los capitanes de confianza de Pedrarias, quienes habían tenido un papel destacado durante la conquista, se le entregaron las encomiendas más pobladas.

"El Licenciado Gaspar de Espinosa fue designado por el viejo Pedrarias Dávila para pacificar y castigar en las provincias de Comagre, Pocorosa,...De esta región de Chimán, Pocorosa, Tamamé (que se dice Pacora) y Mahé se realizan incursiones recaudadoras de oro y esclavos....Entre el 9 y 10 de marzo Espinosa parte para la provincia de Tomance (que se dice Pacora), de allí parten para la Provincia de Panamá"5

La Rebeldía de los Negros: El Cimarronaje.

Con la temprana y acelerada desaparición de la población indígena en el Istmo de Panamá, la mayor parte de la fuerza laboral la integraron los negros traídos de Africa. La población esclava aumento vertiginosamente hasta el punto de que rápidamente fue superior a la población blanca e indígena. Según el cronista y Oidor Criado de Castilla, en 1575 se realizó el primer conteo de población negra en el Istmo dando los siguientes resultados: Habían en Panamá un total de 5,609 negros distribuidos así: 1600 en el servicio doméstico, 102 trabajando en huertos de la ciudad, 401 en trabajos de transporte de la ciudad y Nombre de Dios, 363 buceando perlas en las Islas, 150 en las ganaderías, 193 en bosques y aserraderos. Se completaba la cifra cuando se añadían 2500 esclavos fugitivos alzados en las montañas y unos 300 que habían sido declarados libres por sus amos. Para esa fecha la población blanca en el Istmo se estimaba en unas 800 personas.

Esto significa que casi la mitad de los negros que habitaban el Istmo de Panamá eran cimarrones o rebeldes alzados, por lo tanto el cimarronaje viene a constituir unos de los principales problemas para la Corona Española en el Istmo por la convulsión que esta situación causaba en la época. "Los esclavos azuzados por el hambre, los malos tratos y el desprecio de sus amos desertaban al amparo de una vegetaciónintrincada y una orografía abrupta, y en la periferia de los núcleos urbanos constituían poblados libres y marginados de la sociedad dominante en donde, por lo general, desarrollaban una vida primitiva a la búsqueda de sus raíces africanas y de sus costumbres trivales."6

Parece que el periodo más convulsionado del cimarronaje fue en comprendido entre 1549 y 1582. Sin embargo, ya desde 1530 había ocurrido un levantamiento de negros en Acla, cuando cuadrillas que trabajaban en las minas se alzaron y asesinaron a sus amos, refugiándose en las ruinas de Santa María la Antigua del Darién.

La pena para la huida de un negro dependía del tiempo límite que estuviera ausente de sus amos. La muerte, mediante la horca, se aplicaba cuando el tiempo de ausencia era superior a seis meses. También se aplicó hasta 1540, el castigo de la castración. Otras penas eran la pérdida del pie derecho o cierta cantidad de azotes en la plaza pública. Una huida de ocho días equivaldrá a una pena de 100 azotes y se le ataba al pie una calza de hierro durante seis meses. Era obvio que ante semejantes castigos los negros preferían permanecer fugitivos y formar sus "palenques" en las montañas.

El cimarronaje de los negros tuvo diferentes manifestaciones: huidas, bandolerismo, y apoyo a los piratas y corsarios. Lo cierto es que España emprende una lucha costosa contra este problema sacrificando sus mejores capitanes y esfuerzos durante casi toda la segunda mitad del siglo XVI.

Pero en realidad el primer movimiento cimarrón organizado hace su aparición en el año 1549, cuando Felipillo, un astuto esclavo que laboraba en la pesca de perlas en las Islas de la Bahía de Panamá (San Miguel)huye acompañado de un grupo de compañeros de las haciendas vecinas y se interna en el interior de la Isla. Desde allí inician ataques constantes contra los españoles sembrando el terror en la región. Luego de dos años de lucha, el Capitán Carreño logra apresar a Felipillo y a 30 de sus seguidores, a quienes se le aplicaron castigos inhumanos tales como descuartizamientos en la plaza mayor de Panamá, otros ahorcados, quemados y cortados los pies.

La caída de Felipillo, sin embargo, no disminuyó la tendencia al cimarronaje, por el contrario, quienes lograron escapar de esta acción fundaron nuevos palenques" y continuaron atacando a los españoles. En la costa atlántica, cerca de Nombre de Dios otros negros alzados (unos 800 según Mena García) atacaban constantemente a las expediciones que trasladaban los tesoros entre esa ciudad y Panamá. Para esta época surge un nuevo líder que aglutinará a los rebeldes de la región; este es Bayano, un hombre de gran fortaleza, a quien sus compañeros lo respetan y veneran como rey y obedecen tan significativamente que es capaz de reunir un ejercito de más de mil doscientos negros y negras.

Los españoles emprenden una gran campaña contra este grupo de cimarrones a la cual denominan "La Guerra del Bayano". El territorio dominado por este líder comprende desde el Río Coquira o Chepo (llamado así antes de que se le diera el nombre de

Bayano). descendía por la sierra de Nargandí y el Mamoní, hasta la zona del Chagres. Cerca de la tierra alta y montañosa de la cordillera de San Blas levantaron su palenque, lugar difícilmente penetrable por las tropas españolas. Desde allí Bayano hacía sus correrías con su gente. Según el cronista Alonso Criado de Castilla, los negros de Bayano sometieron bajo su dominio a los indios Carecuás que estaban en los poblados cercanos a los cuales trataban con desprecio y violencia.

La situación caótica que se presenta en el Istmo debido a la guerra cimarrona, es aprovechada por los piratas y corsarios para atacar constantemente el comercio con Nombre de Dios. " Corsarios y cimarrones cortan la comunicación por tierra y por mar de ambas ciudades. Las recuas no pueden atravesar el Istmo a no ser con la protección de los soldados; las embarcaciones, proceden de Cartagena y Tolú...no osan navegar aquellas aguas y, en consecuencia, la terminal costera del Atlántico es abandonada por sus vecinos...Y todo esto merced a la complicidad con los enemigos de la Corona de los inquietos negros panameños."7

La Guerra contra Bayano solo termina cuando Pedro de Ursúa, capitán español, emprende una lucha que dura más de dos años contra los rebeldes logrando el apresamiento del líder negro y la rendición del palenque. Sobre la suerte de Bayano existen varias versiones: una que sostiene que se le hizo ahorcar en la plaza mayor de Lima y otra, (la del padre Aguado), quizás la más aceptada, que asegura que fue desterrado a Sevilla donde vivió hasta el final de sus días.

La deportación de Bayano, sin embargo no marca el final del cimarronaje. Los grupos de negros alzados se reunificaron y continuaron sus campañas, ahora con otros dirigente. Se organizaron en nuevas comunidades entre ellas la de Bayano, a 16 leguas al sudeste de la ciudad de Panamá, cuyo jefe fue Antón Congo, Portobelo en la costa Atlántica regida por Luis de Mozambique. Mientras en las cercanías de la capital, en el Cerro Cabra, surgió una nueva agrupación.

Alfredo Castillero Calvo, en su Ensayo Los Negros y Mulatos Libres en la Historia Social de Panamá, sustentándose en testimonio de Autos sobre pacificación de cimarrones acaudillados por Luis de Mozambique fechado en junio de 1579, sostiene que: " En 1579 se obtienen los primeros frutos, pacificándose los cimarrones que ocupaban la región de Portobelo, a quienes se concede carta de libertad colectiva amén de otras menudencias, como vestidos, maíz, ganado etc. Para asegurar la prosperidad de la comunidad que con ellos e había de formar a orillas del Río Francisca y que fue nombrada Villa de Santiago del Príncipe."8

CAPITULO SEGUNDO

Pacificación y Fundación de Pueblos: Siglo XVI.

Las Primera Haciendas Suburbanas: Siglos XVII y XVIII

La política que definió la corona española para la solución del problema de los negros sublevados, en definitiva, fue la de ubicar a quienes habían aceptado los tratados en paz, en comunidades independientes, a las cuales se les agregaba cierta cantidad de negros leales para que se produjera una convivencia pacífica entre sus habitantes. (Sin embargo, algunos autores consideran que lo que se pretendía era eliminar de la ciudad capital un grupo social que poco a poco iba aumentando y empezaba a producir incomodidad a la minoría blanca.)

Lo cierto es que entre 1579 y 1582 se formaron comunidades con los cimarrones pacificados. En 1581, el líder negro Antón Mandinga aceptó la pacificación recibiendo algunos bienes para asegurar la subsistencia de su gente. El Doctor José Manuel Reverte en su Obra "Rio Bayano: Un Ensayo Geográfico e Histórico sobre la Región" señala que "otro grupo numeroso compuesto de 300 a 400 negros continuó construyendo un poblado a tres leguas de panamá en el sitio denominado Pacora, resultado de la paz de 1581 con el jefe negro Antón Mandinga"

El Doctor Castillero Calvo, citando el testimonio de Auto sobre la Pacificación de Cimarrones acaudillados por Antón Mandinga, Nombre de Dios, diciembre de 1581- agosto de 1582 dice que " La pacificación de los cimarrones del Bayano tardó un poco más al parecer debido a malentendidos entre los grupos de combatientes, pero finalmente se llegó a un acuerdo y el jefe cimarrón, Antón Mandinga, accedió a salir en paz, recibiendo para toda su gente igualmente cartas de libertad."9

Rubén Dario Carles en su obra "220 años de Periodo Colonial en Panamá" resume la información documental de los Archivos de Indias así: " En 1582, otro caudillo, Antón Mandinga jefe de los cimarrones del Pacífico hizo arreglos de paz y con más de doscientos negros prófugos se estableció en Pacora a tres leguas de Panamá, provisto de semillas, útiles de labranza y un hato de vacas que le compró la audiencia".

Entendemos que, utilizando como referencia la citada documentación, los dirigentes de la comunidad de Pacora, han establecido como fecha su fundación el año de 1582.10

La comunidad actual está enclavada en el mismo sitio en que fue fundada a finales del Siglo XVI, o sea en el extremo sureste de la ciudad de Panamá, a unos sesenta kilómetros aproximadamente.

Las Haciendas Suburbanas en Pacora: Siglos XVII y XVIII.

Respecto al Siglo XVII es muy escasa la información que, está a mano. Quizás el fenómeno más importante en el periodo en el Istmo, es la decadencia de la economía por efectos del desmoronamiento del sistema de Ferias y Flotas en la zona de tránsito y el inicio de la economía de situado. (A partir de 1650, las Ferias son cada vez más espaciadas y menos productivas. El situado o subsidio económico que se envía desde Perú y Colombia viene a sostener la economía istmeña.)

Todo parece indicar que el cambio en la orientación de la economía istmeña, al disminuir la importancia del transitismo feria provocó la tendencia hacia la explotación del agro. La relativa proximidad a un amplio y seguro mercado en la ciudad de Panamá y la ventaja que las tierras del área ofrecían para la ganadería determinó que desde mediados del siglo se poblaran de ganado vacuno las extensas planicies de Pacora. Empezarán a surgir los señoríos ganaderos que dominarán la actividad económica por buena cantidad de tiempo. El Doctor Omar Jaén Suárez dice que " En efecto con el estancamiento comercial la población de la ciudad emigra. Se produce una verdadera evasión hacia las campiñas y un cambio en el comportamiento demográfico de esto emigrantes....El siglo XVIII es, pues, el del crecimiento demográfico y del triunfo de la ruralidad".

Las ventajas naturales que ofrecían estos territorios, dotados de un relieve que permitía el fácil desplazamiento para el control del cimarronaje (según documentos españoles, para 1607, los negros alzados habían sido reducidos casi en su totalidad. Según la Audiencia solo existen 94 negros alzados que andan por los montes con una vida mísera y dedicados al hurto para poder sobrevivir)y el agotamiento de la oposición del indígena a la colonización y su fácil incorporación a la fuerza de trabajo, hicieron posible que la producción, ahora, dependiera fundamentalmente de la explotación del agro.

Quizás a finales del Siglo XVII se producen las primeras apropiaciones de extensos territorios en las áreas aledañas a la ciudad de Panamá, por familias coloniales quienes ven en la agricultura la única posibilidad de conservar su abolengo. Estas propiedades aparecerán con mayor documentación en el Siglo XVIII cuando se realizan transacciones entre propietarios en las haciendas de Pacora.

Debemos recordar que las haciendas suburbanas de la región poseen la facilidad de una mano de obra esclava que se mantiene reducida en los pueblos de indios y negros recién formados. . Aunque para esta fecha aún existen problemas con la pacificación de grupos indígenas alzados en la región del Darién, la mano de obra esclava negra todavía es importante para la atención de las haciendas de las familias pertenecientes a la oligarquía de la capital. Sobre este asunto el Doctor Carlos Manuel Gasteazoro, en su obra La Historia de Panamá en sus Textos, recoge las narraciones del Gobernador de Panamá Enrique Sotomayor, quien entre 1622 y 1637 enfrenta la sublevación de los indios del Darién dirigidos por uno llamado Gueteguete y otro de nombre Solpotraca. Ellos destruyen el Fuerte Bayano; los españoles deben establecer un nuevo fuerte cerca de la población de Chepo para vencer a los indígenas.

Ya en el siglo XVIII, en el año 1736 encontramos un informe levantado por el Obispo de Panamá Pedro Morcillo Rubio de Auñon, para el Presidente de la Audiencia de Panamá en el que señalaba importantes detalles sobre los pueblos del Istmo en esa época. Se refería el Obispo a número de pobladores, raza, condición social, actividades religiosas, costumbres etc. El Obispo narra así: Jurisdicción de esta ciudad de Panamá. Pueblo de Chame, Pueblo de Capira, Pueblo de la Chorrea, Informe sobre los que vine en Honduras y Arraiján.. Pueblo de San Juan (Pequení), Pueblo de Chepo y el Valle y Hacienda de Pacora.

Sobre Chepo el Obispo anota: "es grande y de mucha población en que hay algunas familias avecinadas allí, y lo demás del vecindario se compone de todas gentes de color, tendrá dicho pueblo más de doscientos ranchos, o casas y hay muchas haciendas en aquella jurisdicción de vecinos de esta ciudad así de ganados, de trapiches de cañaverales, como de aserradero de maderas en que tiene muchos negros esclavos para el cultivo de ellas". Sobre el Valle y Hacienda de Pacora dice el Obispo Rubio de Auñón: " En la mediación de Chepo y esta ciudad a cinco leguas de distancia de uno y

el otro, está el valle de Pacora, que se compone de diez y siete haciendas, o hatos de ganado vacuno y caballar, de vecinos de esta ciudad y en cada uno tiene los dueños los esclavos y gente libre que necesitan para sus haciendas, hay una iglesia o capilla, con su Cura Capellán para que le diga misa y les administre los Santos Sacramentos, hay también algunas personas, gente de color libres, que en todas personas serán hasta cincuenta, fuera de las gentes de las haciendas que como son esclavos los tienen sus amos ocupados en sus haciendas".11

Este informe del Obispo interesa sobre manera, porque ya, en pleno siglo XVIII, se hace notar el destino que las familias acomodadas de la ciudad le han dado a las tierras aledañas y la utilización que se le da a la mano de obra esclava, que en ese momento constituye la mayoría de la población de estos pueblos. Se empieza definir aquí el papel que jugarán estas haciendas de Chepo y Pacora, en el abastecimiento alimentario de la capital en los próximos tiempos. La propiedad suburbana se empieza fortalecer entre las familias coloniales. Más adelante, ya al inicio del Siglo XIX, dichas fincas pacoreñas aparecerán en los registros de las Notaría en transacciones mercantiles entre las familias pudientes de la capital.

Una Ruta de Contrabando:

Para mediados del Siglo XVIII, entre 1743 y 1749, durante la Presidencia de Dionisio de Alsedo y Herrera en la Gobernación de Panamá, se emprende una gran campaña para reducir la actividad de contrabando que se había apoderado de las rutas de comercio entre América y España. Luego de los ataques de Vernon y la destrucción de las defensas españolas en el Istmo, gran cantidad de comerciantes ingleses y de otras nacionalidades hacían su agosto a través de varias rutas de comercio ilícito. Se comerciaban esclavos, géneros y toda clase de víveres.

Había una gran actividad contrabandista a través de la Ruta del Rio Coclé del Norte que desembarcaba en la ciudades de Natá y Penonomé. Pero existían rutas alternas como las de Pacora y Chepo en la que participaban no solo loas funcionarios españoles sino también indios y negros que habitaban la región. " Conjuntamente con la ruta del Rio Coclé del Norte se utilizaron otras no tan comunes pero sí bien definidas por los comerciantes clandestinos. En est época del Gobierno de Alsedo y Herrera, mercaderías de contrabando provenientes de las islas del Caribe se transportaron a través del Río Mandinga que desemboca en el Golfo de San Blas, hasta las cuencas del Mamoní, para luego desembocar en las poblaciones de Chepo y Pacora."12

Como consecuencia de las gestiones para combatir el contrabando, Alsedo y Herrera encontró gran oposición de parte de los funcionarios de la Audiencia de Panamá. Parece que existía connivencia entre los Oidores, para proteger a dichos delincuentes. Ante la corrupción existen y la resistencia a aceptar sus medidas, Alsedo y Herrera, fue víctima de acusaciones por parte de funcionarios de la Audiencia. Fue juzgado y absuelto, pero mientras esto ocurría se mantuvo detenido durante tres meses en la población de Pacora.

CAPITULO TERCERO

Las Haciendas Ganaderas del Patriciado en el Siglo XIX

 

Archivos Parroquiales. Las Familias Raizales de Pacora.

Historia Jurisdiccional y Poblacional.

Al inicio del Siglo, las haciendas pacoreñas permanecen en manos del "patriciado urbano" que, atraviesa situación apremiante como consecuencia de la postración de la economía istmeña. Tanto Pacora como Chepo eran sede de numerosas haciendas manejadas por burgueses de la capital. La capital ejercía una influencia importante en la economía de la región debido a su cercanía y a que los ricos capitalinos pasaban buena parte de su tiempo en esos lugares. La región funcionaba como granero y suplía buena cantidad de carne de vacunos a la población de la urbe. Recordemos que para esta época se ha producido un importante crecimiento de la población del Istmo y una considerable emigración de la población hacia la campiña especialmente hacia las sabanas de Chepo, Pacora, Chame y Capira.

" El dominio del espacio suburbano y rural de la Provincia de Panamá por los criollos citadinos, se consolida progresivamente Sería cándido pensar que éstos permanecen recluidos pasivamente dentro de las murallas de la ciudad de panamá, aún cuando sean comerciantes afortunado. Su movilidad, en el seno de un territorio huérfano de caminos, y su propensión por adquirir tierras provinciales, no urbanas, probaría lo contrario...Ignorar semejante realidad nublaría la problemática de la constitución y de la formación de la oligarquía urbana.".13

Ya bien entrado el Siglo, los descubrimientos auríferos de California y sus consecuencias: la fiebre del oro y la construcción del Ferrocarril de Panamá producen un cambio radical en la economía panameña. El Istmo se inserta en el capitalismo mundial. Los grandes capitales llegan a Panamá a reproducirse y los grandes proyectos, generalmente norteamericanos, atraen al Istmo una gran cantidad de inversionistas extranjeros, muchos de los cuales se quedan en al Istmo y engrosan las filas de la burguesía nacional. El ferrocarril viene a ser el elemento que reproduce el sistema económico capitalista en Panamá.

El patriciado criollo, despojado por los capitalistas extranjeros del dominio de la zona de tránsito se conforma con mantener el control de la propiedad del agro suburbano. Las antiguas familias coloniales conservan en su poder el suministro de ganado y productos a la creciente población de la urbe. Omar Jaén Suárez al referirse a este aspecto anota: "Para sobrevivir como grupo dominante, la oligarquía criolla, debe abrirse a los recién llegados y abandonar sus tradiciones de endogamia...El nuevo grupo dominante se reconoce pronto no tanto por un vínculo estrictamente familiar como por una común pertenencia a una clase social materialmente favorecida...En esta burguesía poco numerosa , los extranjeros ocupan, por su número, un excelente lugar... Este grupo dominante de un nuevo tipo ocupa el primer lugar en Panamá durante la primera parte del siglo XX... El grupo criollo más arraigado. ..propietarios de las tierras del hinterland inmediato a la capital...prefieren la seguridad de la inversión inmueble...14

Parece que las haciendas ubicadas muy cerca de la capital, según el Doctor Figueroa Navarro, no eran tan generosas en la producción de reses. Había una importante demanda de carnes por parte los extranjeros que se incorporaban rápidamente la población de la ciudad. Las haciendas más importantes cercanas a la urbe era La Carrasquilla de los Arce Mata con unas 300 reses, Hato Pintado del tendero Damían Remón con unas 250 reses, Cáceres de los García de Paredes con unas 200 ( los García de Paredes y los Remón son parientes políticos; ambos son, a la vez, parientes de Mariano Arosemena, el prócer de 1821), y luego, Matías Hernández, Paitilla, Los Algarrobos, El Cangrejo, Cerro Pelado, La Locería y Corozal fincas más pequeñas que poseen menos de 100 reses. Estas haciendas citadinas no pueden suplir de grandes cantidades de carnes a la ciudad porque sus hatos eran escuálidos. Nótese que de los nombres de las haciendas ganaderas cercanas a la urbe han derivado los nombres de muchos barrios muy importantes de la ciudad.



La situación de Pacora es diferente. Allí se encuentran haciendas más ricas. Por ejemplo allí, cinco tendrán más de 1.000 reses. Ellas son: Paso Blanco de Carmen Díaz de Hurtado con unas 2.500 reses, Juan Díaz de Pacora de Jose Bermudez con unas 1.000 reses, Tocúmen de Antonio Planas tiene otras 1.000 reses. San José de Manuel José Hurtado y Hato del Medio de José Alba, completan las grandes haciendas de Pacora.

Haciendas medianas en Pacora, que superan las 300 reses eran; Naranjal de P. Santa Cruz, Cabra de Manuel José Díaz, Bermejal de Carlos de Icaza Arosemena, Piñuelita de Fernando Alba y San Antonio de Tapia de Julián y María Del Barrio de Sosa. (los De Icaza Arosemena y los Sosa son parientes políticos) Esta relación de la propiedad suburbana investigada por el autor citado, se va a mantener hasta finales del Siglo XIX. Cuando finaliza la fiebre del oro de California y hasta el año de 1872 aún se mantiene en la lista de los hacendados pacoreños suburbanos la misma situación de principios del siglo.

En 1871, cuando ha finalizado el impulso económico capitalino, generado por la fiebre de oro de California, nótese que la situación de las haciendas pacoreñas se mantiene casi igual en 1854, cuando se inició la bonanza causada por el oro californiano.. En este año existen en Pacora cuatro fincas con más de 1000 reses que son Paso Blanco, Juan Díaz, Hato del Medio y Bermejal. La lista de hacendados "pacoreños" se mantiene intacta. El patriciado continúa dominando esta área al finalizar el periodo de bonanza en la zona de tránsito. Parece que ningún comerciante extranjero compra haciendas en los territorios aledaños a la capital.

Sobre la Estancia El Bermejal,15 que según la obra de Figueroa Navarro, fue vendida en año de 1829 por José María Herrera a José María de Urriola en 8.000 pesos, (los Herrera y De Urriola son parientes) pero la finca posteriormente fue vendida a la Carlos Icaza Arosemena (prócer y primo de Mariano Arosemena).

Sostuvimos una conversación con Florencio Guerrero, un pacoreño de pura cepa, nacido en 1930, alegre y buen conversador, nos dijo: " Para finales de la década de 1940 yo trabajé en Bermejal. Quedaba cerca de Pacora en el lugar donde luego hubo una base norteamericana y después estuvo el Ingenio de Felipillo. El lugar fue atravesado por la nueva Carretera que va a hacia Chepo. Cuando trabajé allí, la finca pertenecía a la familia Arosemena-Cucalón.( se refiere a la familia de José Cucalón, vino de Cartagena y fue aquí Tesorero Departamental; se casó con una hija del Prócer de 1821 Manuel José Arce y luego se dedicaron a los negocios de bienes raíces.) Había en la finca una casona de madera que era muy antigua y mucho ganado, algunos eran muy valientes (bravos). Allí conocí un hierro que se utilizaba para marcar a los esclavos. La gente aquí se sentía muy agradada cuando trabajaba para ellos, los ricos. Aunque ellos nos explotaban).

La Estancia El Bermejal aparece registrada su venta en 1829 a José María De Urriola e incluía una casa, y una cocina, unos muebles, 350 cabezas de ganado y caballos 7 reses, 5 esclavos, 7 bestias mulares, y las tierras. Parece que esta Finca cambió constantemente de dueños porque en el catastro de 1854, aparece bajo la propiedad de la familia de Carlos de Icaza Arosemena.

Es curioso observar la tendencia generalizada, entre los pobladores de Pacora, cuyas edades frisan entre los 60 y 70 años, de rendir pleitesía y admiración hacia las familias "ricas de la capital". Casi siempre se expresan en términos de que eran buenos, nos apoyaban, no regalaban cosas etc. A pesar de que así lo expresan, pienso que todos son conscientes de que ese comportamiento de las familias capitalinas, en el fondo, solo pretende lograr favores personales o, en algunas ocasiones tenía un interés político.

Santiago "Chago"Barraza es un agricultor muy respetado en la comunidad, de 76 años, nacido y criado en Pacora, a quien entrevisté, me dijo: Pancho Arias era un hombre muy bueno. Ayudaba mucho a los pacoreños. Yo era Renovador y siempre lo apoyé. Él venía por aquí mucho. Tenía tierras y ganado bastante."

Pero sobre la situación económica real de la población de Pacora, a finales del Siglo XIX, parece que era un tanto difícil. A pesar de que la región continuaba suministrando importantes cantidades de productos agrícolas y pecuarios a la Capital, esto no parecía reflejarse en las condiciones en que vivía la población. Existían nexos económicos importantes entre la capital y Pacora, pero la economía no se sustentaba sólidamente en el sector primario sino que era extremadamente dependiente de los vaivenes consumístas capitalina. Era una economía monetaria sujeta a las necesidades de la población de la ciudad de Panamá. Según Figueroa Navarro, en los registros de los entierros que aparecen en la iglesia de San Cristobal de Chepo se puede notar al periodo de depresión que vivía la región a finales de Siglo.

" se manifiesta en la reducción de entierros de cruz alta (7.8% a 2.3%) en la década de 1840. Se estabilizan los funerales de cruz baja.

El grupo de notables pueblerino pasa de 27.9 % en 1832 a 0% en 1843. La población miserable evoluciona de 11.6 % a 24 % en ese mismo periodo".16

Encontré en los archivas parroquiales de la Iglesia de Chepo, buena cantidad de libros, muy bien conservados, que recogen partidas de defunciones, bautizos, matrimonios, ordenanza y visitas pastorales, pertenecientes a Pacora hacia finales del Siglo XIX. Abundan allí los trámites eclesiásticos de personas que llevan los apellidos raizales de Pacora tales como los Garrido, los Melgarejo, los Guerrero, los Carrillo, los Garibaldo, Mejía, Alcázar, Barraza, De León, Urriola, etc. La Iglesia de San Nicolás de Pacora pertenecía en esa época a la Parroquia San Cristóbal de Chepo, por lo tanto, todos los trámites se realizaban bajo la responsabilidad del Párroco que residía en aquel Distrito.

Anoté algunos matrimonios de familias raizales de Pacora: el efectuado el 11 de enero de 1892 entre José Tiburcio Garrido (hijo de Pablo Garrido) natural de Pacora, y Petra de León (hija legítima de Santiago de León y Marta Garibaldo) y, el efectuado el 24 de junio de 1912 entre Anazario Chiari y Carmen Garrido,(hija de Pablo Garrido y María Santos Guerrero). Parece que Pablo Garrido, quien pudo haber nacido a mediados del Siglo XIX, da origen a este apellido en la comunidad.

Además, aparece registrado en los libros eclesiásticos, un informe del señor Obispo de Panamá José Alejandro Peralta, fechado el 1 de marzo de 1892 (miércoles de ceniza) quien realizó una Santa Visita a la comunidad de Pacora, haciéndose acompañar por el señor Nicanor de Obarrio. En dicho informe el señor Obispo anota lo siguiente: La Iglesia no tiene cura hace largo tiempo. Debido a ello existe un abandono respecto al aseo y cuidado del templo. No existen recursos entre los vecinos para proceder repararlo. El señor Obispo ordena lo siguiente:

1.- Que se haga un nuevo altar con su sagrario mayor y se le ponga reja al bautisterio.

2.- Que se construya una casa cural.

3.- Que la Junta Católica se dirija a la Familia Hurtado para solicitar el Altar mayor u otras donaciones.

4.- Se fija el sueldo mensual del párroco en 25 pesos.

Finalmente el Obispo felicita al vecindario por la forma respetuosa en que ha sido recibido, especialmente por el señor Nicanor de Obarrio.

La situación descrita por el Obispo Peralta, refleja la de postración general que vivía el Istmo y por consecuencia, todos estos pueblos, a finales del siglo XIX. La quiebra del proyecto del canal francés, la guerra de los mil días y los constantes conflictos generados por el control de la zona de tránsito, hacen languidecer la economía.

Nótese que el señor Obispo, recomienda a la Junta Católica de Pacora de esa época, dirigirse a la familia de Manuel José Hurtado. Hurtado es un rico comerciante, prócer de la Independencia de 1821, vino de Colombia; antiguo Embajador de ese país en Londres. Compra dos fincas cerca de Pacora, por el año 1848: " Paso Blanco" y "Hato Nuevo" evaluadas en 28, 822 pesos. Poseen 1.269 reses, 304 caballos, unas casas,arboles frutales y seis esclavos. En 1871, Paso Blanco es heredada por el comerciante Buenaventura Hurtado. Los Hurtado poseían además, negocios tanto en Panamá como en Popayán.(Hurtado Hermanos y Hurtado & Olano).

En lo que se refiere a Nicanor de Obarrio, quien acompaña al Obispo y es quien gestiona la visita a Pacora, lo encontramos ligado comercialmente a la familia Hurtado mediante una empresa bancaria nombrada Hurtado, Planas & De Obarrio. Es notoria la situación de pobreza que enfrenta la comunidad en esa época, hasta el punto de que el Obispo Peralta debe recurrir a las familias ricas que poseen bienes en el área, para que sostengan al templo.

Es evidente, por otro lado, la extrema dependencia que muestra la comunidad de Pacora, de la economía de la ciudad capital. Esta realidad histórica se mantiene durante todas las etapas de su desarrollo y lo trato de demostrar fehacientemente al final de nuestro estudio, como hipótesis de trabajo.

Historia Jurisdiccional de Pacora: La Provincia de Panamá. Registros de Población.

Desde el punto de vista jurisdiccional, Pacora siempre ha sido parte de la Provincia de Panamá. Después que se creó el Virreinato de Santa Fe, en 1719 se formó la Provincia de Panamá la cual se extendía desde la antigua Provincia del Chocó por el Este, hasta la Provincia de Veraguas al Oeste. Hasta 1821, la Provincia de Panamá estuvo formada por las Alcaldías Mayores de Portobelo, Chorrera, Natá, Los Santos, y Yaviza.

Después de 1821, con la Independencia de España se dividió en Cantones o Distritos compuestos así: Panamá, Cruces, Chepo, Pacora, (el Distrito de Pacora ocupaba toda la extensa región sureste de la provincia; comprendía desde los límites de Chepo y Chimán hasta el Cantón o Distrito de Panamá17, Juan Díaz, Chimán, Gorgona, Islas del Istmo, San Juan de Pequení, Taboga y el Cantón de Panamá cuya cabecera era la ciudad de Panamá.

Los límites de la Provincia subsistieron hasta que su territorio fue fraccionado para formar la provincia de Azuero en 1850 y las de Coclé y Colón en 1855.

En 1892 mediante ordenanza de la Asamblea del Estado de Panamá Número 27 de octubre de 1892, se elimina a Pacora como Distrito o Cantón de la Provincia de Panamá. Su territorio se adscribe al de la provincia de Panamá. En el mismo año de 1892, mediante el Acuerdo Número 34 de 15 de diciembre, se crea el Corregimiento de Pacora en el territorio que antes había ocupado el Distrito. Ya en la época republicana, cuando se fundan los Corregimientos de Tocúmen y Juan Díaz, su territorio se ve reducido significativamente.

En 1920, cuando se realiza en Segundo Censo de Vivienda en la República, la división política de la Provincia de Panamá la componen 12 Distritos Municipales que son: Arraiján, Balboa, Capira, Chame, Chepigana, Chepo, La Chorrera, Panamá, Pinogana, San Carlos y Taboga.

Nótese que la eliminación del Distrito de Pacora en 1892, coincide con el periodo de

postración económica que experimenta todo el Istmo luego del final del la fiebre de oro de California y la suspensión de los trabajos del Canal Francés. La referencias sobre gran pobreza e incapacidad económica de la población presentadas en el informe de la visita del señor Obispo Peralta de ese mismo año, ya citada previamente, también pudieron haber influido en esta consideración política.

Para 1832, el Censo efectuado bajo la Presidencia de Juan José Argote arroja para el Departamento de Panamá (Panamá y Veraguas) un total de 91,785 habitantes y para la Parroquia de Pacora unos 300 habitantes.

En 1843, el Departamento de Panamá posee unos 119, 697 habitantes mientras que el Distrito Parroquial de Pacora tiene 659 habitantes.

Para 1864, el estado federal de Panamá tenía unos 181,705 habitantes y asignaba al Distrito de Pacora unos 954 habitantes (Censo de 20 de enero de 1864).

Para 1880, el total para el Estado Federal era de 307,598 habitantes mientras que el Distrito de Pacora tiene 1,244 habitantes.18

Para 1920, según el informe correspondiente a lugares poblados del Distrito de Panamá, la comunidad de Pacora aparece con 429 habitantes.

Censo de Población de 1930: lugar poblado de Pacora: 518 habitantes.

Censo de Población de 1950: lugar poblado de Pacora: 1,098 habitante.

Censo de Población de1960: lugar poblado de Pacora: 1,334 habitantes.

Censo de Población de 1970: lugar poblado de Pacora: 1,971 habitantes.

Censo de Población de 1980: lugar poblado de Pacora: 2,678 habitantes.

Censo de Población de 1990: lugar poblado de Pacora: 3,748 habitantes.

Censo de Población de 2000: lugar poblado de Pacora: 7,924 habitantes.

(El Censo de 2000, muestra una notable disminución de la población joven en Pacora. Tiene una población no activa de 4,770 personas, lo que nos indica la existencia de una población relativamente vieja, la cual parece estar formada mayoritariamente por hombres. De la totalidad de la población, 5,730 son hombres y 2,186 son mujeres. Parece que la tendencia es que las mujeres jóvenes emigran hacia los centros de estudios o de trabajo en la capital.)

Fuente: Censos Nacionales de Población y Vivienda. Dic. 2001. Estadística y Censo. Contraloría de la República.

Segregación Reciente: Nuevos Límites.

Recientemente se aprobó la Ley 13 de febrero de 2002. La cual crea dos nuevos Corregimientos: Las Mañanitas, segregado del Corregimiento de Tocúmen, y el de 24 de Diciembre, segregado del Corregimiento de Pacora, ubicados dentro de la Provincia de Panamá. Se aumenta así, el número de Corregimientos del Distrito de Panamá a veintiuno (21). Al Corregimiento de Pacora le son segregados importantes territorios o lugares poblados que van a formar parte de nuevo Corregimiento de 24 de Diciembre. Estos lugares poblados son: Santa María de los Angeles, Vista hermosa, Monte Rico, Cabuyita, Rancho Café, Nueva Esperanza, Nuevo Tocúmen, San Pedro, Buena Vista, El Lago, Cerro Azul y Altos de Cerro Azul.

La creación de ambos Corregimientos afecta los límites del Corregimiento de Pacora debido a que ambos compartían territorios comunes.

Esta nueva división política del Distrito de Panamá parece responder al importante crecimiento poblacional que ha tenido, en los últimos años su área Este

El Siglo XX:

Sobre la época inicial de la República, no tenemos mayor información respecto a la Población de Pacora. No encontramos datos sobre la participación de los pobladores de Pacora en la Guerra de los Mil días, ni tampoco sobre los efectos de estos acontecimientos en la economía de la región. Suponemos que la situación de postración económica propia de finales del siglo XIX se mantiene, o quizás se profundiza en un área, en la que se ha evidenciado su extrema dependencia de los flujos y reflujos de la economía de la capital.

Aún, a principios de la época republicana las vías de comunicación con la capital seguían siendo, por una parte, mediante lanchones que transportaban mercancías, ganado y productos por el Rio Pacora y luego, a través del mar para descargar en la bahía de Panamá frente a Paitilla. Por otra parte, se seguían utilizando los caminos y trochas que comunicaban con Juan Díaz y luego con la ciudad.

Florencio Guerrero nos narró las peripecias que se enfrentaban cuando se hacía la travesía: "Se llegaba en pangas hasta el puerto que había en la desembocadura del Rio Pacora, luego se tomaban los lanchones cargados de productos y ganado que los conducía hasta Peña Prieta, donde estaba el matadero y, allí se soltaba el ganado".

Santiago Barraza nacido en 1926 me dijo : "yo cargué mucha leña de mangle para las panaderías de la capital. Mi papá murió cuando yo tenía 7 años y me crió un tío. Cuando solo tenía 14 años, (en 1940) ya acompañaba a mi tío en el transporte de la leña . Bajábamos en chingo por el Rio Pacora y luego íbamos hasta el muelle del Mercado Grande a desembarcar la leña. Yo rajaba leña en una panadería la Flor Panameña.".

Hacia 1920 la Asamblea Nacional creó la Junta Nacional de Caminos iniciándose un plan de construcción de carreteras hacia las principales poblaciones del interior. Las memorias de la Secretaría de Agricultura y Obras Públicas de la década de 1920 conservan interesantes fotografías de la campaña de construcción de carreteras nacionales. Para 1930 se habían terminado 1370 kilómetros, a un costo de 14 millones de balboas.

En la Memoria de la Secretaría de Agricultura y Obras Públicas de 1930 aparece como carreteras en construcción, unos 2.4 kilómetros hacia la comunidad de Pacora, agrega: "la suma gastada es de 10,380.82; tiene ya cama terminada con las estructuras y se le ha regado cascajo triturado del río en cantidad suficiente para prestar servicio durante todo el año."19

CAPITULO CUARTO

Pacora: Desarrollo Económico Dependiente de la Metrópoli: 1940 a 1960

 

Desarrollo Agrícola. La Tenencia de la Tierra.Sustitución de Importaciones.

Testimonios Orales. Vida Cotidiana. El Río.

La Guerra. Las Bases Militares . El Aeropuerto.

Hemos revisado sucintamente la diversas aspectos de la historia de la comunidad de Pacora. Nos parece un recorrido interesante porque permite evaluar algunos fenómenos económicos, sociales y políticos de la ciudad de Panamá y de los pueblos que, a su alrededor, sirven de sostén temporal o permanente de su economía.

Conocí a Pacora en la década de 1970 y allí inicié nexos familiares permanentes que me han permitido entender y valorar la forma en que sus pobladores conservan sus tradiciones y manifiestan, en forma alegre y entusiasta, sus vivencias cotidianas.

Reconstruir la parte de la historia que corresponde a las primeras décadas del Siglo XX no es fácil. No existe abundante información escrita obre la comunidad. Las personas mayores que entrevisté nacieron casi todos en la década de 1920 y no pudieron dar referencias ciertas de la forma en que sus padres adquirieron esas tierras.

La Tenencia de la Tierra:

Todo hace suponer que ellos las utilizaron siendo tierras nacionales y adquirieron así un derecho de posesión que lo mantuvieron por muchos años. Los herederos, algunos de los cuales viven aún, pudieron legalizar la situación de las tierras a través de la Reforma Agraria.

Las haciendas ganaderas pertenecientes a la oligarquía citadina, se mantienen vigentes, aunque, ahora están en manos de herederos de aquellas familias coloniales y, otras adquiridas por nuevos propietarios. Se mencionan nuevos nombres de dueños de las haciendas pacoreñas del Siglo XX: Arango, Heurttemate, Enseñat, Arias Paredes,Arias Espinosa, Herbruger, Gerbau, Rueda y otros.

El Mapa Catastral elaborado por el Ministerio de Desarrollo Agropecuario que reposa en las Oficinas centrales de Santiago muestra claramente la propiedad de las tierras en el área de Pacora. Las grande heredades aún mantiene el predominio de las sabanas convertidas en pastizales para la ganadería. Excepto algunas áreas que fueron expropiadas en la década de 1970, con el fin de poner en ejecución los proyectoscañeros; (algunas fueron devueltas a su dueños posteriormente y otras fueron vendidas a nuevos hacendados), el grueso de la propiedad territorial se mantienen controladas por familias capitalinas, dejando escaso espacio para los agricultores pequeños del área.

El Mapa muestra lo siguiente:

Finca Utivé....................................4,152 hectáreas.

Finca Cabobré...............................1,350 hectáreas.

Finca Malengue:.......................... No Consta superficie.

Finca Ganaderia San Antonio.......6,026 hectáreas.

Finca San José de la Porcada.........6,037 hectáreas.

En el Siglo XX, sin embargo, se observa una menor dependencia de los pacoreños de la existencia de aquellas fincas coloniales. La economía de la población dependerá de su propio esfuerzo en el cultivo agrícola en sus pequeñas fincas o montes, de algunos negocios relacionados con la capital (transporte o pequeños negocios relacionados con el servicio). Muy pocos dependen para su subsistencia del empleo en las grandes propiedades suburbanas.

Limitadas porciones de terreno habían quedado fuera de los límites de las grandes haciendas coloniales apropiadas por la oligarquía capitalina. Fértiles porciones de terreno aledaños al río, son cultivadas con maíz, arroz, plátanos guineos, name, yuca papayas y tomates. Estas pequeñas propiedades fueron adquiridos por agricultores pacoreños de finales del Siglo XIX y principio del XX. Parece que mediante los derechosusufructuarios o posesorios se dedicaron allí a la agricultura y en forma muy limitada, a la ganadería.. Sin embargo fue la agricultura la base de la economía de esa generación. Hombres como José Urriola, Andrés Nuñez, Narciso Guerrero, Pablo Escobar, Esteban Puerta, Santiago Barraza, Florencio Guerrero, José Arosemena, Andrés Nuñez, Norberto de León y otros, trabajaron muy duro en fértiles tierras aledañas al río en la que practicaban la agricultura de corte y quema (los llamados montes). Algunos poseían algunas cabezas de ganado que les permitía mantener medianamente a sus familias. Casi todas las fincas estaban localizadas en las márgenes del río, por lo que en algunas ocasiones sus cosechas eran arrastradas por las crecientes inesperadas.

Filomena Escobar, de unos 73 años e hija de Pablo Escobar, me relató sus vivencias de juventud, cuando su padre trabajaba la agricultura y ponía a producir la tierra en forma abundante.: "El río te da y te quita". Esos señores eran muy trabajadores. Las tierras las heredaban de sus padres y siempre sacaban de ellas para su subsistencia. Nunca faltaba nada. Ellos no compraban la tierra, sino que la heredaban de sus antepasados. En muchas ocasiones el río crecía y se llevaba todo, no dejaba nada. Pero ellos volvían a sembrar. Todo lo que sembraban crecía bien."

Una muestra de que existía un limitado espacio para los agricultores pobres lo evidencia el hecho de que los terrenos en los que están edificadas sus viviendas en Pacora, son extremadamente pequeños. A pesar de ser un área rural, en las cuales es común que el campesino sea dueño de una parcela de regular tamaño, en Pacora, por el contrario los lotes de las casas están completamente adosados. Igual que ocurre en el cercano pueblo de Chepo, las viviendas están tan pegadas una de la otra que no queda espacio para ninguna actividad agrícola, ni de otra índole. A nuestro criterio eso se debe a la pésima distribución de la tierra que se dio en estos pueblos, en los que el problema agrario se manifiesta con crudeza.

Santiago Barraza me dijo que, en 1936, cuando tenía 10 años y cursaba la escuela primaria, su maestro Evangelísta Sánchez le recomendó que siguiera su escuela en Panamá; esto no fue posible porque su padre había fallecido y quedó a cargo de su tía quien le enseñó a trabajar el "monte". Le gustó la agricultura y se quedó en Pacora trabajando duro. Se cosechaban muchas cosas en Pacora. No era común que la gente joven continuara estudios en la capital. Casi todos solo estudiabamos s hasta sexto. Pocos tenían familias en Panamá donde uno se pudiera quedar."

Había abundancia de comida y la gente era sana y buena. "Sería, según mis cálculos, para principios de 1940 que nosotros cosechábamos plátanos, papaya, ñame, y grandes cantidades de tomates. Los montes estaban del otro lado del río. Los tomates nos los compraba una Fábrica llamada La Gladiola de propiedad de un señor Miller. Ellos tenían la fábrica cerca al Cuartel Central de la Policía en el Chorrillo. Compraban toda la pulpa del tomate y allí la convertían en pasta."

El Impulso a la Agricultura. La Sustitución de Importaciones. Década de 1940.

Todo parece indicar que el proceso de sustitución de importaciones que se inicia en Panamá en la década de 1940, luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, produce una reorientación de la economía. Lo cual contrasta con el modelo que se venía dando en los años previos que consistía en una abierta, economía comercial, de servicios. Se comienza a diseñar una forma de economía más cerrada que promueva la protección de las actividades industriales y agropecuarias. Este es el modelo promovido para la CEPAL para América Latina y que se manifiesta en Panamá, con mayor énfasis en la década de 1950, pera que ya se muestran sus inicios desde en primer gobierno arnulfista de 1941.

Según un informe de la CEPAL, "El gobierno panameño declara taxativamente el propósito de promover decididamente el desarrollo económico interno del país., fomentando sobre todo la actividad agropecuaria y favoreciendo el establecimiento de empresas industriales...se establece el Instituto de Fomento Económico, se institucionaliza y amplia la ayuda externa para promover el mejoramiento tecnológico de la agricultura...esta política económica contribuyó a dar nueva orientación al sistema productivo panameño".20

Es una etapa del desarrollo capitalísta en la cual se pretende sustituir las tecnologías obsoletas por dejadas atrás por la industria de la guerra y reemplazarla por nuevas. Todas las maquinarias y técnicas desechadas son exportadas a los países subdesarrollados. Estos deben ser aprovechados para su industria y buscar un modelo que evite la importación de bienes de consumo interno de la población.

"La política Estatal estaba dirigida a fomentar el crecimiento agropecuario. Lo primero se expresa a través de la promulgación, en 1946, de las siguientes leyes:

23 de agosto. Se autoriza al ejecutivo para que realice un empréstito por un millón y medio de dólares con el fin de comprar y alquilar herramientas, maquinarias y sementales que serían para fomentar la actividad agrícola, y para vender tierras a precio de costo a los campesinos pobres.

23 de septiembre. Se reestructura el Banco Agropecuario e Industrial como entidad autónoma, el cual debía fomentar la actividad agrícola...".21

El impulso dado a la agricultura y a la industria por los modelos económicos promovidos por los organismos internacionales y puestos en práctica por los gobiernos de la décadas de 1940 y 1950, producen, como hemos visto, algunos efectos en la vida económica de Pacora. A pesar de que no encontré información sobre si hubo algún tipo de financiamiento para los agricultores del área, parece que la ampliación de losmercados y, de alguna manera, la sustitución de importaciones permitió que la producción de los sencillos agricultores pacoreños fuera adquirida con facilidad en los mercados de la capital. La apertura de la carretera y su posterior asfaltado permitió una transportación más fluida hacia los centros comerciales. Esa realidad económica de la década de 1940 y 1950, era manifiesta al referirse a la forma que se vivía durante aquellos años.

La llegada de la Segunda Guerra Mundial tiene importancia para el desarrollo económico de Panamá. Antes, todo se importaba, pero ahora con la necesidad de suplir de alimentos a la población aumentada en la Zona del Canal y el mismo aumento en la población panameña, se exige el desarrollo de la producción interna. Se hacen esfuerzos en ampliar la red de carreteras que era uno de los principales obstáculos para el desarrollo de la agricultura. Entre 1941 y 1946, la economía panameña crece rápidamente. Se calcula que la superficie sembrada de arroz, maíz y frijoles aumento más de un 50 % entre 1941 y 1946 en la República.

Félix Arosemena, un lugareño de unos 73 años, ligado permanentemente a las actividades sociales, políticas y culturales de la comunidad, nos relata algunas vivencias de la vida cotidiana durante los años finales de la década de 1940. Dice : " Pacora era un surtidor de la capital. Era el lugar de la República donde más tomate se producía, tanto es así que en el año de 1948 se creó el Reinado del Tomate, cuya primera reina fue la señorita NormaTen. La vida en Pacora era modesta pero simpática.".

Cifras de Producción en Pacora: Primer Censo Agropecuario de 1950.(por Distrito y Corregimiento).Fuente: Contraloría General de la República.

Monografias.com

Es claro que las remesas de ganado vacuno que se reportaban llegadas de Pacora procedían en su mayoría de las ubérrimas fincas de las familias de la capital. Pero el arroz, y los plátanos, que se reportaban, sin duda eran procedentes de las fértiles pero

pequeñas fincas, que con mucho esfuerzo y dedicación cultivaban los agricultores pacoreños.

El Río en la Vida Cotidiana:

"Buscad el río cuando escudriñéis la historia de una región" W. Abbott.

El Rio Pacora sigue siendo un elemento aglutinador de la población. El río es parte importante de la vida cotidiana de la población. La comunidad surgió al lado del río y toda su vida ha estado ligada a la existencia del Río Pacora. En los quehaceres domésticos, como vía de comunicación, para el transporte de sus productos, como recurso hídrico, como fuente para materiales de construcción, como centro de trabajo y ocio, como foco de toda actividad social y cultural, el Río Pacora es parte de la vida misma del pueblo. . Aunque en algunas ocasiones les jugaba una mala pasada, cuando con sus crecidas destrozaba los cultivos de los agricultores pacoreños.

Sobre la vida cotidiana de los antiguos pobladores de Pacora, Luis Diez Castillo, en su Obra sobre Los Cimarrones y la Esclavitud en Panamá, nos relata:" Las mujeres casadas lavaban sus ropas a la orilla del río San Juan o Pacora, respectivamente ( se refiere al poblado de San Juan de Pequení, fundado en la misma época que Pacora y con el mismo tipo de pobladores), cargaba agua potable a sus hogares, confeccionaban con asiduidad sus vestidos y cocinaban para la familia. En general la negra cimarrona no conocía otra cosa de este mundo que la casa y el río; la vida social era casi nula, pues debido a los celos, se abstenía de hacer amistad entre sus vecinas.

El hombre se ocupaba de los trabajos rudos y mantenía dentro de su orden el aspecto económico del hogar, el cual, como es sabido era sumamente primitivo y rudimentario hasta mediados del Siglo XIX...Generalmente se dedicaban a la cría de gallinas, a la siembra de arroz, maíz, verduras y plátanos. Eran sumamente madrugadores, y antes de rayar el alba salían de sus casas rumbo a los campos de siembra, para regresar a sus hogares a las primeras horas de la tarde. El resto del día lo pasaban descansando, componiendo sus vestidos o acostados en sus hamacas y fumando sus pipas."22

Florencio Guerrero, nacido en 1930 nos narró sus vivencias respecto al Río Pacora durante su niñez y juventud. (se refiere probablemente a la década de 1940).El río era muy importante para nosotros. Todo el material que usaron para la construcción del Aeropuerto de Tocúmen en 1947. Todo lo que hacíamos estaba relacionado con el río. Recuerdo que la gente ponía nombres a los charcos donde nos bañábamos. Eran muy hondos, pocos tocábamos el fondo. Recuerdo los charcos Pechito Parao, Barranco Amarillo, Los Nuñez, Corotú, Petra Morales, Flora, Guanábano y otros. Allí se celebraba una Feria del Tomate. Las señoras del pueblo lavaban sus ropas en el río y cada una tenía un lugar privado al cual nadie se atrevía a ocupar. Ellas dejaban la ropa allí desde la mañana y la buscaban en la tarde y nada se perdía. No es como ahora. Recuerdo a las señoras Ursula Velásquez, Rumualda y Panchita Melgarejo que no usaban cloro ni nada de eso, sino hojas de higuerón para blanquear la ropa.

Carlos Puerta, ya citado, nacido en 1931, me dijo: el río servía de transporte para sacar los productos, especialmente guineos, plátanos, tomates, papayas. Yo manejaba las pangas y recogía de finca en finca los productos. Había una piragua famosa que era la Ola Marina de Eulogio Barraza.

El río era utilizado, además, como lugar de veraneo por familias acomodadas de la capital. Los Dutary, Herbruger, Linares, alquilaban viviendas en Pacora y se pasaban el verano aquí en Pacora, nos dijo la señora Raquel Puerta . Hoy el río no es ni la sombra de eso. Todo lo han dañado y esta sucio y contaminado.

Cuando la carretera se hace transitable en forma permanente y, el automóvil de hace popular como medio de transporte, el río pierde alguna importancia para la actividad económica en Pacora. Esto ocurre a finales de la década de 1930 e inicios de la de 1940. Como hemos anotado antes, el río era utilizado para trasladar los productos hasta la Boca de Pacora y luego se navegaba hasta el muelle del Mercado Grande o, hasta la playa de Peña Prieta, en la actual Avenida Balboa. Por tierra, se caminaba por la región costera hasta llegar a Pedregal y allí se tomaba automóvil.

Con la carretera (me refiero a la carretera vieja que iba hacia Chepo y que tenía un ramal hacia Pacora), se viajaba en "chivas". Las chivas salían de Pacora a las ocho y regresaban a las dos de la tarde Se estacionaban en el Mercado Público y allí esperaban que la gente hiciera sus mandados en ese lapso. Florencio Guerrero recuerda que para 1946 habían algunas chivas con nombres curiosos tales como: La Escoba, La Sombra, Romance Campesino, Guacho Frío, Bertita.

La Segunda Guerra Mundial. Las Bases Militares en Pacora.

La República de Panamá nació condicionada por la Convención Istmica de 1903. Desde ese momento los Estados Unidos influyeron decisivamente en la vida política, económica, social y cultural de la recién nacida nación. Los capitales norteamericanos dominaron la economía panameña y en muchas ocasiones, determinaban el rumbo político de la nación. El Canal de Panamá construido por los norteamericanos y puesto en función en 1914, sirvió básicamente, para financiar a la economía de los Estados Unidos y a sus acciones militares en todas partes del mundo.

La Segunda Guerra Mundial fue determinante en la economía panameña, como ya lo hemos dicho. Así como la construcción del ferrocarril transistmico, incorpora a la economía istmeña al capitalismo mundial, la Segunda Guerra produce cambios sensibles en la vida económica de Panamá en la mitad del Siglo XX. Se produce un significativo movimiento de la población. Inmigraciones, internas e internas. Las grandes construcciones militares generan mano de obra, la concentración de población y necesidad de productos agropecuarios e industriales para satisfacer los requerimientos de un inusitado movimiento económico.

En 1942 los Estados Unidos "siembran" el país con sitios militares. Se arriendan 15.000 hectáreas de tierras nacionales y privadas a las fuerzas armadas norteamericanas.

Nuestra investigación aspira entender cómo se desarrolló la vida de las comunidades aledañas a esos sitios militares y, en que forma la presencia de esas fuerzas militares influyen en la economía local de dichas comunidades.

Mediante el Convenio de Bases de 1942 conocido también como Convenio de los Doce Puntos o Fábrega-Wilson firmado bajo la Presidencia de Ricardo Adolfo de la Guardia, se establece, en el Memorandum Anexo al Convenio lo siguiente: 36- Sitio solicitado el 4 de mayo de 1942, situado en la vecindad del Río Pacora, Provincia de Panamá. cabida: aproximadamente tres hectáreas (3.0). Consiste en una parcela de terreno aproximadamente a cinco millas al noreste de la población de Pacora.

En el intento de prorrogar la permanencia de las bases militares al finalizar la guerra, mediante el Convenio de 1947, el cual fue rechazado en Panamá, la base de Pacora se mantenía como Sitio de Defensa No. 12 y se le designaba como Sitio Victoria.

El criterio generalizado de los informantes, al preguntar sobre la influencia de las Bases en la vida económica, social y cultural de la comunidad, es de que fue mínima. La oportunidad de mano de obra en las Bases no fue masiva ni determinante en la vida económica. Muy pocos pacoreños trabajaron en las Bases.

Según la versión de la gente de esa época, en realidad eran tres Bases: La Joya , La Joya y Campo Pacora. Esta última era la más cercana a la población y con la que se tenía más relación. Estaba ubicada en el área que posteriormente ocuparan los Ingenios y en ese lugar aún podemos observar una pista de aterrizaje.

En realidad los habitantes sintieron que existía un bienestar económico en la época, sin embargo, esa bonanza era una situación general del país; no era producto de la presencia de las bases en el área. Los soldados visitaban al pueblo frecuentemente para asistir a fiestas y centros de diversión. Aquí gastaban algún dinero emborrachándose y, en algunas ocasiones, se portaban atrevidos y sus jefes debían arrestarlos.

Filomena Escobar me contó: Yo tenía unos trece años en esa época. La mayoría de esos soldados, dicen que eran puertorriqueños y venían a tomar licor y a bailar. La gente aveces les tenía miedo porque eran atrevidos. Tomaban en la Cantina Felicidad y la del Chino Francisco. Ellos decían que cuando los mandaran a Europa todos morirían, porque ellos eran carne de cañón.

Florencio Guerrero al referirse a la Guerra nos dijo: Había mucha plata en Pacora. Pero también muchos vicios. Recuerda que algunos gringos vivieron en la comunidad, especialmente uno, llamado por los vecinos Porotito. Ellos patrullaban el área montados en unas mulas; llegaban hasta las costa. (Las mulas, al escuchar el ruido de algún avión se tiraban al suelo y simulaban que estaban muertas).

En realidad, a pesar de lo que pensabamos, la Guerra poco tuvo que ver con el desenvolvimiento natural de la comunidad de Pacora. La mayor parte de nuestros informantes negaron que este conflicto y todo que él significó para el país, afectó la vida cotidiana, las costumbres, la mentalidad y la rutina diaria del Pacoreño. Ellos aceptan que, en alguna medida, hubo algún impacto económico en la región, pero ninguna influencia importante dejó en Pacora la guerra.

Como hemos dicho antes, pocos pacoreños trabajaron en los sitios militares. Poco consumían los soldados en la comunidad, excepto una que otra visita a los sitios de diversión del pueblo. Fueron escasos los casos de uniones matrimoniales entre soldados y alguna mujer de la comunidad. La prueba es que a diferencia de otras zonas en que hubo masiva presencia militar norteamericana, no encontramos aquí ningún lugareño que fuera producto de una unión de ese tipo.

La influencia fue mínima , ni el idioma se afectó, me dijo Félix Arosemena.

El Aeropuerto Viejo de Tocúmen:

Buscando información sobre Pacora en los diarios de la década de 1940, me encontré una noticia en la Estrella de Panamá de marzo de 1948 en la que se refería a un accidente sufrido por unos trabajadores que laboraban en la construcción del Aeropuerto de Tocúmen. Un camión cargado de cemento se volcó aparatosamente resultando heridos José de los Santos Garrido y Andrés Ruiz, ambos residentes en Pacora. Pregunté por Andrés Ruiz y me informaron donde lo podía localizar.

Andrés Ruiz es un hombre, aún fuerte, que cuida actualmente una finca de la familia Rueda en la entrada de Pacora. Nacido en Palo Grande, Jurisdicción de Pacora, en 1919, recordó con mucha claridad el accidente. Me mostró dos cicatrices que tiene, una en una mano y otra en la pierna que son producto de ese hecho.

Riéndose me dijo: Yo mismo soy ese tal Andrés Ruiz. Recuerdo muy bien el tiempo de la guerra aunque no trabajé en eso. Corría el dólar, aunque habían muchos vicios. Recuerdo que un gringo me preguntó en una forma que yo no entendí bien, algo así como que si tenía iguanas y yo le conteste que ese día no había cogido. Un amigo me dijo, no seas tonto, el te pregunta que sino tienes marihuana. Pero no había mucha gente de aquí trabajando en las bases. Conozco muy pocos que trabajaban ahí.

Cuando se acabó la guerra, todo se concentró en el Aeropuerto. Muchos trabajamos allí. Había mucha gente de Chepo y Pacora. Los trabajos del Aeropuerto no duraron mucho.

La construcción del Aeropuerto de Tocúmen se inició en1947 bajo la administración de Enrique Jiménez, aunque ya el gobierno anterior había hecho la planificación. La obra representó una inyección económica importante para el país y la región de Chepo y Pacora. Gran parte de los materiales para la obra se sacaron de Rio Pacora. Fue una obra civil que incorporó a muchos pacoreños al trabajo.

La inversión del gobierno en esta obra alcanzó los dos millones y medio de balboas. Esta inyección de capital viene a reforzar una economía que demostraba síntomas de depresión, propia del periodo de la postguerra. Junto a esta obra, se inicia la construcción de la carretera de hormigón de la Ciudad de Panamá hacia la nueva terminal aérea.

A nuestro criterio, la construcción del Aeropuerto, más que las bases militares, tuvo un significado en el desarrollo de la vida económica de la comunidad. Para finales de la década de 1940, cuando se inicia la obra, la población había tenido un importante crecimiento natural . Ya hemos dicho que el periodo de guerra produjo algunos cambios en la dinámica económica. Ahora la gente busca trabajo para ganar dinero, no se conforma como lo hacían los pobladores de la pasada generación quienes se mostraban conformes con asegurar su alimentación. La juventud posee una nueva perspectiva de su futuro. Esta nueva generación de pobladores requería de fuentes de trabajos poco especializada y el aeropuerto vino a llenar ese cometido laboral. Muchos jóvenes medianamente preparados obtuvieron un empleo en la terminal aérea, especialmente en las labores de carga, mantenimiento y servicios de cocina y similares.

Todos los eslabones analizados por nosotros en el desarrollo de la vida económica de la comunidad de Pacora, nos conduce a corroborar que, a pesar de que durante las décadas de 1940 y 1950, la población manifiesta claramente que la vida se desarrollo son traumas y nunca le falta los medios para su subsistencia, esta economía continúo siendo dependiente de los centro de poder de la metrópoli. Ya lo señaló Alfredo Figueroa Navarro, era una economía más dominada por lo monetario que por el campo profundo. Es dependiente de la capital; de sus altos y de sus bajos.

En los Siglos XIX y XX, la situación es similar o más profunda.. No existe en Pacora un desarrollo autónomo porque su cercanía a la capital crea una relativa dependencia. Es una comunidad suburbana que manifiesta su conformidad con serlo. Es que no puede ser de otra forma porque esa ha sido su formación tradicional. Esa situación se fue profundizando en la medida en que se han mejorado los medios de transporte. Hoy, con la carretera nueva, se toman menos de una hora para trasladarse de la ciudad de Panamá.

Conclusiones

 

Al efectuar un balance de los resultados de nuestra investigación, nos permite llegar a algunas conclusiones particulares. Primero, no existe entre nosotros una cultura de investigación oral que pueda satisfacer la necesidad de recoger las experiencias vividas por nuestros pueblos que permitan conocer su memoria colectiva. Cuando hacemos el ejercicio de recoger información oral y escucharla narración de tan interesantes vivencias, se nos hace difícil organizar y sistematizar ese cúmulo de datos.

Las narraciones populares encontradas en Pacora, transmisoras de costumbres, conocimientos, deseos, aspiraciones, añoranzas y valoraciones morales, constituyen elementos valiosos ante la ausencia de fuentes escritas y ante la parcialidad de los contenidos que muchas veces las historias generales dejan entrever.

Nos convencimos que es necesario y urgente emprender la realización de la historia de los pueblos. Pero antes debemos emprender la tarea de aprender a realizarlas. Nos hacen falta las herramientas. Las fuentes están allí, aunque corremos el peligro de perderlas si lo dejamos para más tarde.

Sentimos satisfacción al haber contribuido en nosotros mismos al aprendizaje de hacer historia oral. Pienso que todos lo hemos hecho. El ejercicio dirigido por la cátedra de Historia Rural, es fundamental para rescatar nuestra memoria y evitar que se borre la memoria popular, que es fundamental para conservar nuestra nacionalidad.

Gloria Rudolf, en su trabajo recién publicado, nos alerta sobre este tipo de trabajos: "Junto con los desafíos impresionantes de la investigación etnográfica a largo plazo, se encuentran ciertos beneficios poderosos. Ya que le permite al investigador suficiente tiempo y oportunidad de ganar la confianza de una amplia diversidad de miembros de la comunidad, el trabajo de campo a largo plazo hace posible aprender más y obtener mayor diversidad de tipos de información". .Estas anotaciones de Rudolf sirven apara hacer resaltar la necesidad de que estas investigaciones tengan el tiempo suficiente para poder convivir con las gentes y hacerlas reflexionar en forma más profundas sobre su vida.

Entre la gente que nos recibieron en la comunidad y que nos expresaron sus experiencias, en sus limitadas concepciones sobre el significado de la historia, nos dejaron claro que para ellos es importante lo que estamos haciendo. Me llamó la atención la expresión de Santiago Barraza, cuando dijo; " claro que para algo servimos los viejos". Su reflexión tiene su origen en la tendencia inveterada entre nosotros de no darle valora lo pasado.

Toda la historia no está en los libros. Está en nuestra gente que aún tiene memoria. Es necesario rescatarla antes que se nos muera. Si es verdad que necesitamos largo tiempo para hacerla, pero no tanto.

Bibliografía

 

Carles, Rubén D...220 Años de Periodo Colonial en Panamá…Min. de Educación Panamá 1959.

Castillero Calvo, Alfredo…Los Negros y Mulatos Libres en la Historia Social Panameña…Imprenta Nacional. Panamá. 1969.

Díaz Castillo., Luis. Los Cimarrones y Esclavitud en Panamá—Edit. Litográfica..Panama 1968.

Figueroa, Alfredo..Dominio y Sociedad en el Panamá. Colombiano..EUPAN. 1982.

González, Yamilet y Pérez, María…Oralidad y Escritura…Fuentes para la Historia de una Comunidad…Universidad de Costa Rica.

Jaén Suárez---La Población del Istmo de Panamá..EUPAN. Panamá 1982.

Reverte, José Manuel..El Rio Bayano. Un Ensayo Geográfico HistóricoImprenta Nacional. Panamá 1961.

Rudolj Gloria…La Gente Pobre de Panamá. EUPAN…Panamá 2000.

Torres Abrego, José E... Población Economía y Población en Panamá ..EUPAN Panamá 2002.

Documentos

Contraloría General de la República. Lugares Poblados de Panamá.. Censos de 1030. 1940, 1950, 1960, 1970, 1980, 1990. 2000.

Archivos Parroquiales, Parroquia San Cristobal de Chepo.

Memorandum de los Sitios de Defensa. Anexo al Convenio de 1942. Revista Lotería. Agosto de 1999. Compilación de Luis Navas P.

Ley 33 de 2002.. Gaceta Oficial. 8 de febrero de 2002.

La Estrella de Panamá… marzo y abril de 1943 y marzo de 1948.

Agradecimiento:

A todos los Pacoreños de pura cepa que se pusieron a mi disposición para contar su historia.

Florencio Guerrero, Filomena Escobar, Santiago Barraza, Andrés Ruiz, Félix Arosemena, Adolfo Puerta, Carlos Puerta, Elvia Melgarejo, Eulogio Barraza.

A todos los que apoyaron esta investigación….

Dedicatoria:

A mi amigo Vicente Guerrero Campos, quien me contó muchas cosas pero no podrá leer.

 

 

Autor:

Iván A. Ricord Bernal



Leer más: https://www.monografias.com/trabajos98/pacora-historia-y-oralidad/pacora-historia-y-oralidad2.shtml#ixzz2q1qVj2Cw

 

Volver

Contacto

RicordHistoriografía
@IvanRicord20

64300243

© 2014 Todos los derechos reservados.

Haz tu página web gratisWebnode